Para el año de 1975 la carrera musical de Queen contaba con cierta notoriedad en Gran Bretaña, Europa y otras partes del mundo. Sus primeros tres álbumes, que mezclaban el glam rock con algo de progresivo, se habían colocado en buenas posiciones en los listados de Reino Unido; tan solo su obra Sheer Heart Attack (1974) alcanzó el segundo puesto, mientras que en Estados Unidos estuvo dentro del Top 20. Por otra parte sus presentaciones en vivo eran toda una experiencia llena de energía para quienes asistían a los teatros o arenas para presenciarlas. Pero la creatividad de Freddie Mercury, Brian May, John Deacon y Roger Taylor seguía en pleno desarrollo artístico el cual se plasmó en su siguiente trabajo discográfico al cual bautizaron como A Night At The Opera.

Con el éxito del disco Sheer Heart Attack a Queen la discográfica les dio libertad creativa, además ya habían demostrado que podían realizar productos que vendían y generaban éxitos como Now I´m Here y  Killer Queen. Pero de acuerdo a una entrevista con Brian May, que publicó el sitio Classic Rock, el grupo tenía severos problemas económicos: “En términos comerciales, estábamos en crisis. Habíamos tenido mucho éxito, pero nuestra gestión parecía no tener salida. No recibíamos ninguna de nuestras regalías y, aunque el dinero no lo es todo, no es bueno sentirse en lo que percibes como una situación de trabajo esclavo. Así que A Night At The Opera fue realmente crucial en ese sentido. John Reid, quien acababa de hacerse cargo de nuestra gestión, dijo que se haría cargo del aspecto comercial y que deberíamos irnos y grabar el mejor álbum de nuestra historia”.

Para su cuarto álbum el grupo primeramente ensayó, durante el verano de ese 1975, las canciones en el Ridge Farm Studio (el cual previamente fue un granero) y en una casa rentada en el condado de Herefordshire. Posteriormente el grupo utilizó varios estudios de grabación, entre ellos el Olympic, Sam East Studio y el Rockfield, para darle vida a su obra. Las canciones se volvieron más complejas en cuanto a la producción en el estudio, aunque ellos ya habían experimentado con sus creaciones musicales en su segundo plato, Queen II (1974). El productor Roy Thomas Baker, con quien ya habían trabajado en sus dos álbumes anteriores, conocía el estilo de la banda y lo que ellos buscaban. Entre los meses de agosto y octubre se grabaron las piezas de lo que se volvería, para muchos críticos de rock, en una obra maestra.

El álbum  A Night At The Opera se publicó el 28 de noviembre de 1975 y alcanzó el primer puesto en las listas de popularidad en Reino Unido, mientras que en Billboard 200 de Estados Unidos se colocó en la cuarta posición. Los sencillos que se desprendieron fueron Bohemian Rhapsody y You´re My Best Friend. En una entrevista hecha por el periodista Harry Doherty a Freddie Mercury, el cantante comentó con respecto a esta material de Queen: “Nunca olvidaré este álbum, cariño. Nunca. Pero tenemos que escucharlo para que nuestros amigos sepan lo que hemos estado haciendo. El problema, como yo lo veo, es que nunca lo entenderán con una sola escucha”.

Por su parte Brian May en una plática con el crítico musical Simon Bradley este le cuestionó si la obra fue muy audaz para su época, el músico respondió: “Sin duda fue un gran salto. Aunque no creo que nos diéramos cuenta en ese momento; fue una progresión natural. Estilísticamente, creo que se acerca más a Queen II que a Sheer Heart Attack, ya que hicimos este último álbum deliberadamente comprimido y muy pulido, mientras que A Night At The Opera volvía  – a este nuestro lienzo, pintaremos sobre él a nuestro antojo-. Esa era la filosofía detrás de Queen II”.

En A Night At The Opera los integrantes de Queen explayan su creatividad musical y nos entregan  una colección de 12 canciones que se diversifican en estilos musicales. El álbum abre con Death On Two Legs (Dedicate to…), un tema de un rock fuerte, el cual Freddie Mercury lo escribió dedicado al ex representante del grupo, Norman Sheffield. Una letra que muestra el odio del vocalista a este personaje (Me chupas la sangre como una sanguijuela. Infringes la ley, me jodes el cerebro hasta que duela. Me has quitado todo el dinero y quieres más con tus compinches de mente estrecha).

Y a manera de contraste el siguiente corte es una bella melodía estilo vodevil llamada Lazing On The Sunday Afternoon, escrita por Mercury, la cual la podemos emparentar con las piezas, compuestas por Brian May, Seaside Randezvous y Good Company. Pero Brian May además aportó otras canciones como Sweet Lady y The Prophet´s Song, de la cual se dice que surgió de un sueño que tuvo acerca de la destrucción de la tierra por causa de un diluvio, una pieza de un poco más de ocho minutos de duración que en su puente nos muestra la capacidad vocal de Mercury, Taylor y May para mezclar sus voces con diferentes matices vocales. Finalmente Brian May también nos ofreció una canción estilo folk, ’39, que trata acerca de un grupo de exploradores que dejan la tierra y se embarcan en una nave especial para buscar un nuevo mundo, porque “las tierra ya son pocas”. En una entrevista para la BBC, el guitarrista explicó: “Es una historia de ciencia ficción. Trata sobre alguien que se va y deja a su familia. Debido al efecto de la dilatación del tiempo, al irse, la gente de la Tierra ha envejecido mucho más que él al regresar. Él ha envejecido un año y ellos cien, así que, en lugar de volver con su esposa, regresa con su hija y puede ver a su esposa en ella. Una historia extraña”.

 

Por otro lado el bajista John Deacon escribió uno de los grandes éxitos de Queen, You’re My Best Friend, que fue dedicada a su esposa Veronica Tetzlaff con quien se casó en enero de 1975. Una bella canción que se colocó en el Top 20 del billboard 100 en Estados Unidos y en el séptimo casillero en los charts de Reino Unido. Asimismo Freddy Mercury creó otra de las baladas emblemáticas del grupo que puso a cantar a todo el público en los estadios y arenas en donde se presentaban: Love Of My Life, escrita para su amiga y confidente Mary Austen. La canción original incluye piano y una harpa, pero curiosamente este tema se conoce más por su versión acústica interpretada en vivo. Mercury en una entrevista comentó: “Love Of My Life está adaptada para guitarra, pero fue escrita para piano. He olvidado por completo el original y si me pidieran que la tocara ahora, no podría. A veces tengo que volver a la partitura, y tampoco la leo muy bien”.

Por supuesto también se encuentra la aportación de Roger Taylor con I’m In Love With My Car, un pieza de rock en donde el baterista hace una analogía entre un automóvil y un mujer (quizá eso entendemos los simples escuchas) que fue parte del repertorio del grupo durante varias giras. Una canción que ha sido vista de manera injusta por la crítica como una pieza menor dentro de esta obra. Pero la cereza del pastel es sin duda la canción escrita por Freddie Mercury titulada como Bohemian Rhapsody.

Si bien en The Prophet’s Song el productor Roy Thomas Baker logró un notable efecto al hacer capas de sonido con las voces del grupo en el puente de la canción, en Bohemian Rhapsody estos efectos se convierten en una pieza operística que le dan relevancia al corte. Desde un inició Freddie Mercury la concibió de esa manera; una canción con una duración de alrededor de seis minutos que se divide perfectamente en una introducción con las voces de ópera a capela, después se transforma un una balada en donde la música le da una singular atmósfera a una letra que habla de un homicidio (Mamá, acabo de matar a un hombre. Le puse una pistola en la cabeza, apreté el gatillo y ahora está muerto). Luego aparece un bello solo de guitarra de Brian May que da paso a la sección de ópera, con toda esa capa de voces hecha con overdubs. Finalmente llega la parte de hard rock que nos dirige a la coda que cierra con la frase “anyway the wind blows” y el golpe a un gong que la finaliza.

 

En la entrevista con Harry Doherty, Freddie Mercury mencionó: “Estoy muy contento con la parte operística. Quería ser extravagante con las voces porque siempre nos comparan con otros, lo cual es una tontería. Si escuchas detenidamente la parte operística, no hay comparaciones, que es lo que queremos. Pero no nos proponemos ser extravagantes; lo llevamos dentro. Hay tantas cosas que queremos hacer, pero no podemos hacerlas todas a la vez. Es imposible. Ahora mismo, estoy contento de haber hecho un álbum que, admitámoslo, es demasiado para algunos. Pero era lo que queríamos hacer”.

Bohemian Rhapsody fue el primer sencillo del álbum, llegó al primer lugar en las listas de popularidad en Reino Unido y al noveno sitio en Billboard 100 en Norteamérica. Curiosamente al morir Freddie Mercury en 1991 el sencillo se volvió a reeditar y de nueva cuenta ocupó la cima en los charts británicos y la segunda posición en Estados Unidos. El álbum cierra con God Save The Queen (el primer corte grabado en los estudios Trident en 1974), un tema instrumental en donde la guitarra de Brian May es la protagonista y el cual fue utilizado para finalizar los conciertos del grupo.

A Night At The Opera es la obra maestra de Queen, un álbum que marcó el antes y el después para el grupo. Al preguntarle a Brian May si con el pasar de los años aún le gusta el disco, el guitarrista respondió: “Me gustan todos los álbumes de Queen, pero A Night At The Opera tiene cierta brillantez. No es la perfección en sí, pero… algo”.

 

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