Después del éxito del álbum The River (1980) Bruce Springsteen decidió tomar un receso por lo cual regresó a Nueva Jersey, su hogar natal, en donde además de preparar su siguiente plato, se tomó un tiempo de introspección y escribir varias canciones muy personales que describían su sentir en ese momento; el resultado de ese período se reflejó en su obra Nebraska (1982), uno de sus álbumes más subestimado por la crítica especializada por contener una serie de temas oscuros que reflejan a una fracción de la sociedad norteamericana y por su puesto parte de su propia historia íntima, con la cual nos podemos identificar como seres humanos llenos de imperfecciones. Nebraska ha vuelto a ser publicado en un boxset, Expanded Edition, de cuatro discos en formato vinil y compact disc. Pero además se ha exhibido una película biopic, Springsteen: Deliver Me From Nowhere, que nos habla sobre ese tiempo de incertidumbre para el boss Springsteen. Vayamos por partes:

LA PELÍCULA

En Springsteen: Deliver Me From Nowhere (2025), noveno largometraje del director norteamericano Scott Cooper, conocido por trabajos como Crazy Heart (2009), Hostiles (2017), Black Mass (2015) y The Pale Blue Eye (2022), vemos al músico (interpretado por Jeremy Allen White) terminar la agotadora gira de The River, ser convencido por su  paternal representante Jon Landau (Jeremy Strong) para tomarse un descaso, conseguir una casa en Nueva Jersey lugar que servirá para escribir su nuevo material. Además podremos observar al personaje de Springsteen recordar episodios, en fotografía en blanco y negro, de su infancia con su protectora madre Adele (Gaby Hoffman) que lo lleva a buscar a un bar a su alcohólico padre Douglas (Stephen Graham) para que regrese a casa, para después vivir violencia domestica. Por supuesto que todos estos recuerdos lo sumergen en una depresión que lo reflejará en las nuevas canciones.

El guión de Scott Copper y Warren Zanes, basado en el libro de este último, Deliver Me From Nowhere: The Making Of Springsteen´s Nebraska, se estructura en un montaje vertiginoso con elipsis que nos llevan por breves momentos en la vida de Springsteen a manera de episodios los cuales repasan la difícil relación con su padre y los traumas que le causaron, así como un corto y fallido romance con la mesera, madre soltera, Faye Romano (Odessa Young) a quien conoce en el club Stone Pony, mientras el músico acompaña a un grupo local (con cameo  de los hermanos Kiszka, Jake y Sam F, del grupo Greta Van Fleet y el vocalista Jay Buchanan), también somos testigos de la grabación de las canciones demo en su habitación, auxiliado por el ingeniero Mike Batlan (Paul Walter Hauser), para después mezclarlas y ponerlas en un cassette (sin estuche) y posteriormente tratar de rehacer esos temas con la E Street Band en el estudio sin llegar a nada concreto y solamente quedar frustado.

El director Scott Cooper gusta de crear personajes rotos espiritualmente como el de Bruce Springsteen quien está quebrado emocional y económicamente por pagar con el dinero del tour sus deudas contraídas, entre otras, por demandas de su antiguo representante Mike Appel. Así como el arruinado músico de country Bad Blake (Jeff Bridges), en Crazy Heart, que quedó destrozado por su complicada vida y busca una salvación en la figura de la periodista Jean Craddock (Maggie Gyllenhaal), aquí Springsteen la busca con la mesera Faye y su pequeña hija con las cuales se pasea por Asbury Park y regala una caballito de madera a la niña, pero sólo vive una fantasía pasajera. El director acierta en contarnos la historia en pequeños episodios, pedazos de la vida de un hombre que se siente asolado y sin rumbo, pero que debe interpretar el papel de una estrella del rock con admiradores (“yo sé quién es usted”, le dice un vendedor de autos) y detractores (“Springsteen apestas” grita un joven desde un carro).

Aquí vemos a un Bruce Springsteen que busca reconciliarse con su pasado, perdonar y perdonarse para dejar de huir y encontrar su propia paz. No se trata de contar toda su historia como lo hace Baz Luhrmann con su Elvis (2022) que explora el ascenso a la fama de Elvis Presley, con todas sus dificultades familiares y artísticas o examinar la rebeldía creadora, como la del joven Bob Dylan en A Complete Unknown (James Mangold, 2024) que rechaza ser “el representante de una generación” y quedar encasillado en el folk. Springsteen: Deliver Me From Nowhere detalla la fragilidad emocional del ser humano en donde la violencia, la bondad y la expiación las registra en cada canción que escribió el artista para su álbum Nebraska, sin importarle renunciar a la publicación de sencillos, realizar una gira y dar entrevistas a la prensa. El cineasta Scott Copper logra hacer de su película una obra minimalista la cual va de acuerdo con el concepto del álbum Nebraska y su concepto oscuro y personal.

 

NEBRASKA, EL ÁLBUM

Como se había mencionado la quinta producción de Bruce Springsteen llegó después de toda la fama del álbum doble The River. Con alrededor de 33 años el músico pasó por un periodo de declive personal como lo explica en su autobiografía Born to Run: “Sin un hogar y sin pistas sobre adónde encaminarme, decidí perderme en el terreno marginalmente más confortable de mi vida musical. Y como la telaraña de mi pasado se enredaba en mi trabajo, me volví hacia un mundo que había habitado de niño, que sentía familiar y que ahora me llamaba. Nebraska empezó como una meditación inconsciente sobre mi infancia y sus misterios. Los fantasmas de Nebraska salían de mis numerosas visitas a las calles del pequeño pueblo en donde crecí”.

En efecto la creación de Nebraska comenzó como una serie de demos que servirían como guías para la grabación de un nuevo álbum que buscaría obtener el mismo éxito de Born to Run, Darkness Of The Edge Of Town y The River con canciones llenas de esa energía rock. Pero la temática de los cortes, así como su estilo con instrumentos acústicos tipo folk, todos tocados por el mismo Springsteen, le  fueron dando una forma muy íntima. El músico, como se observa en la película, pidió a su técnico de guitarras que le consiguiera una grabadora casera que tuviera buena calidad de grabación. “Me trajo una grabadora de cassettes japonesa de cuatro pistas Tascam 144. La instalamos en mi dormitorio; yo cantaba, tocaba la guitarra, y en las dos pistas restantes podía añadir una segunda voz, otra guitarra o una pandereta. Era todo lo que se podía hacer con cuatro pistas”.

Luego de un proceso de grabación con la E Street Band que no lo dejó satisfecho, Springsteen decidió que eran las canciones de ese cassette las que debían ser utilizadas. Pero se enfrentaron a problemas técnicos al querer pasar esa cinta casera a un master en el estudio, debido a que la grabación se había mezclado en “una unidad de guitarra Echoplex y un radiocassette como esos que se llevan a la playa”, explicó el músico en su biografía. En el libro de Warren Zanes, Deliver Me From Nowhere: The Making Of Springsteen´s Nebraska, el autor escribió: “Nebraska era inacabado, imperfecto, entregado a un mundo que se cernía sobre el umbral de lo digital, cuando la tecnología permitiría que la música grabada se mantuviera en un compás perfecto, con un tono perfecto, pero también corría el riesgo de perder su conexión con lo inestable e irreparable”. 

 

Como ya se mencionó, al querer transferir la cinta casera al master  ésta se distorsionaba y se planeó sólo publicar la obra en cassettes, pero fue el ingeniero Chuck Plotkin quien resolvió el problema al masterizar la grabación en una antigua máquina en los estudios Atlantic y por fin el álbum Nebraska, tal como lo concibió Springsteen, quedó terminado y fue publicado el 30 de septiembre de 1982 y pese a los pronósticos desfavorables por parte de los ejecutivos de la disquera CBS la obra se colocó en el tercer sitio en el listado de Billboard e igualmente, en esa misma posición en los charts británicos. Curiosamente se desprendieron dos sencillos pero no para Estados Unidos, el primero Atlantic City que solamente fue lanzado en Japón y Europa, mientras que el segundo Open All Night se publicó para el mercado europeo.

Nebraska es una colección de nueve cortes acústicos de los cuales unos son estampas de la infancia de Springsteen y su relación con su familia en especial con su padre: Mansion On The Hill (“Por la noche, mi papá me llevaba y cabalgábamos, por las calles de un pueblo tan silencioso y tranquilo, estacionando en un camino secundario al lado de la carretera mirando hacia arriba a esa mansión en la colina”), Used Cars, en donde la familia prueba un auto usado que desean comprar (“Mi hermanita está en el asiento delantero con un cono de helado. Mi mamá está en el asiento trasero, sentada sola. Mientras mi papá lo saca lentamente del estacionamiento. Para una prueba de manejo por la Avenida Michigan”) y My Father´s House, que nos refiere a los momentos en el  que el artista manejaba hacia a su vieja casa y la contemplaba, hecho registrado en su biografía (“Subí las escaleras y me paré en el porche. Una mujer que no reconocí vino y me habló a través de una puerta encadenada. Le conté mi historia y a quién había venido a ver. Me dijo: -Lo siento, hijo, pero aquí ya no vive nadie con ese nombre”).

Pero también por ese período Bruce Springsteen volteó a observar la maldad que puede contener el ser humano (muy bien retratado en el film de Scott Cooper). Primero al ver la película de Terrence Malick, Badlands (1973), en donde Martin Sheen y Sissy Spacek son un par de jóvenes que van dejando una estela de muertes a su paso en el Dakota del Sur; y por supuesto The Night Of The Hunter (Charles Laughton, 1955), en la que Robert Mitchum es un despiadado asesino, quien se hace pasar por un ministro religioso, que persigue a unos niños (luego de casarse y asesinar a su madre) para obtener la información de un botín que robó su padre.

 

En el primer corte, Nebraska, Springsteen se mete en la piel del asesino Charles Starkwheter, quien con su novia Caril Ann Fugate, asesinaron a 11 personas y ahora está esperando su condena (“La vi parada en el jardín delantero haciendo girar su bastón. Salimos a dar una vuelta, señor, y murieron diez inocentes”) y al ser cuestionado por su crueles actos por el juez sólo responderá: “Bueno, señor, supongo que hay maldad en este mundo”. Un tema oscuro que se liga con el segundo, Atlantic City, en donde un joven renuncia a su trabajo y viaja con su novia a esa ciudad para buscar unirse a un grupo criminal “porque un hombre honesto no puede pagar las deudas” y el coro es estremecedor porque sabe que su pago será la muerte, pero aún así halla una efímera esperanza (“Bueno, ahora todo muere, cariño, eso es un hecho. Pero tal vez todo lo que muere algún día regrese. Maquíllate, arregla tu cabello bonito y encuéntrame esta noche en Atlantic City“).

De igual modo Bruce Springsteen da una mirada a los traumas ocasionador por la Guerra de Vietnam en la historia de Highway Patrolman, con la historia del patrullero Joe Roberts y su hermano Franky y en State Trooper, en donde el músico muestra la influencia que tuvo el grupo synth-punk Suicide (en la película Springsteen: Deliver Me From Nowhere lo vemos escuchando el disco homónimo de esta banda de 1977), con letras minimalistas y en la forma en la que la interpreta. Pero Nebraska también tiene lugar para el optimismo, ver una luz en ese oscuro tunel, como en Open All Night, en donde el personaje espera el momento de salir de su trabajo y regresar con su mujer (“Tengo que llamar a mi bebé por teléfono. Para decirle que su papá viene a casa”) y Reason To Believe que nos narra cuatro historias en donde cada personaje detalle sus razones para creer y sobrevivir en esta vida (“Señor, ¿no nos dirás? Dinos, ¿Qué significa? Al final de cada día ganado con esfuerzo, la gente encuentra alguna razón para creer”).

Nebraska es la obra más personal de Bruce Springsteen, con ese estilo sencillo que raya en lo folk por momentos con tintes bluseros, pero es el cimiento para obras similares posteriores como The Ghost Of Tom Joad (1995) y Devils and Dust (2005), obras que buscan explorara la naturaleza humana con todos sus claroscuros.Ahora con la publicación de la caja de lujo podemos escuchar en el primer disco los outtakes. En el segundo plato tenemos las versiones con el grupo, las eléctricas. Para esto podemos decir que estas canciones no estaban mal, pero simplemente el boss buscaba un concepto diferente para su obra. El tercer disco es la interpretación reciente, en vivo, de todo el álbum y el cuarto es la obra original. Nebraska’ 82 Expanded Edition y la película Springsteen: Deliver Me From Nowhere son  una buena oportunidad de revistar ese período oscuro y de desasosiego de Bruce Springsteen.

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