Por allá del año 1979, cuando un tema con un ritmo contagioso empezaba hacer eco en la radio británica, era un ritmo estruendoso que poco a poco dejaría un legado en la cultura inglesa; le llamaban Ska y la canción en cuestión era One Step Beyond, la cual ha cumplido 46 años de su lanzamiento y que es interpretada por Madness.
El Ska es un estilo musical, asociado con el reggae, que se originó en Jamaica a finales de la década de 1950 y se popularizó durante los sesenta, aunque cuando realmente se dio a conocer en todo el mundo fue en la segunda mitad de los setenta, cuando los grupos ingleses importaron este sonido sincopado y lo reelaboraron a base de rapidez, desenfreno y optimismo juvenil.
One Step Beyond llegó a México hasta inicios de la década de los 80. Recuerdo mis días adolescentes de bachillerato cuando estudiaba en el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECyT) Wilfrido Massieu y entre clase y clase en todos los pasillos se podía escuchar la imitación del grito del principio de la melodía, el ya famoso “HEYYY YOUUUU” . La melodía no tiene letra, pero la introducción marcó época en los primeros años de esa década , al igual que el sax contagioso que seducía a mover los pies al ritmo del Ska. La propuesta que actualmente puede parecer inocente para estos tiempos, en aquellos años nos invitaba a los jóvenes a ir “Un paso más allá“.
Esta fue indudablemente una de las canciones icónicas que marcaron esos años. A mí me sorprendió a esa edad en la que las convivencias y los tiempos libres con mi grupo de amigos eran enmarcados por las risas, gastar bromas tontas y a veces soñar platónicamente con la vecina o la compañera de clase. Así que One Step Beyond era reproducida a cualquier hora, en especial en las fiestas donde con un poco de suerte aparecía la chica idolatrada en cuestión. Cien veces habremos intentado entre mis amigos reproducir la particular postura de los músicos de Madness que aparecía en la portada de su primer disco, no recuerdo que lo hayamos conseguido jamás no sin antes desmoronarse la fila entera.
Qué alegría transmitía esta canción. Qué fiesta. De todas las bandas Ska que emergieron en la segunda mitad de los 70, como The Specials, The Beat, The Selecter o Bad Manners, Madness fue la menos comprometida políticamente, tal vez porque de todas las bandas de Ska, era la única compuesta únicamente de jóvenes blancos. Los seis músicos de Madness sólo pretendían divertirse y divertirnos. Un despropósito gozoso, una chispa en el cielo inglés que se oscurecía con la llegada al poder de la dama de hierro, Margaret Thatcher, en esa década.
Madness surgió en el barrio de Camden, Londres en un contexto social en que la juventud inglesa estaba fuertemente castigada por la oficialidad y harta de símbolos tan sagrados como la monarquía. Esto fue un caldo de cultivo ideal para que surgiesen movimientos artísticos cargados de gran crítica social como el punk o el revival del ska. Madness llegó a ser muy conocido en Inglaterra, logrando posicionar un buen puñado de buenos singles en las listas consiguiendo que el ska fuese un género que llegase a las grandes masas.
Los inicios de la banda se remontan a 1976, cuando algunos amigos de toda la vida unieron ganas y talento para formar un grupo inspirado en el Ska jamaicano. El nombre Madness viene de una canción de Prince Buster, un músico oriundo también de Jamaica nacido en 1938. En 1979 Madness publica su primer álbum, One Step Beyond., motivo de esta colaboración y que contiene otros catorce temas igual de divertidos y euforizantes. El single fue acompañado por un vídeo de dos tipos rondando en la peluquería del padre de uno de los músicos y pronto se convirtió en el himno de la juventud inglesa. El disco alcanzó la posición número 96 de la lista de los 100 mejores discos de todos los tiempos en una encuesta realizada en 2005 por la emisora inglesa Channel 4. Lamentablemente, esta repentina fama tuvo cierto sabor amargo, debido a que la juventud del National Front, movimiento de extrema derecha en Inglaterra y del movimiento skinhead, se apropió de la canción para convertirla en su himno fetiche. Al grupo le costó sangre y sudor deshacerse de esta imagen política, hasta por fin lograrlo tiempo después gracias a una canción en modo de ajuste de cuentas que titularon Don’t Quote Me On That (No me consideres en eso).
Regresando al tema de esta colaboración, One Step Beyond, habíamos comentado que la versión de Madness es un cover de la del músico jamaicano Prince Buster, una de las máximas figuras del rocksteady y el ska. Suggs, el cantante, inicia el tema con esa famosísima intro “Hey you, don’t watch that, watch this!!” (Hey Tu!, no mires eso, mira mejor esto) para dar paso a un tema completamente instrumental, con ese enloquecido saxo induciéndonos a la locura total. Madness le rinden también tributo a Buster dedicándole la divertida The Prince, quinto tema del disco. Toda una declaración de amor por este músico jamaicano convertido al Islam.
Lo que más llama la atención, es que Madness logró un ascenso brutal en su temprana carrera musical, gracias en parte a esta canción. Si bien la banda supo respetar la esencia de la versión original, lo que sí hicieron fue dotarlo de mayor velocidad y contundencia, dándole un sello propio y fresco que de inmediato supo posicionarse en la radio y clubes. El texto, “Don’t watch that, watch this” en la introducción de la canción proviene de otra canción de Prince Buster, The scorcher.
La arenga del inicio, en la que Suggs invita al público a ponerse a bailar al ritmo de Madness, fue sin duda alguna un gancho de gran impacto, preparando el terreno de baile para lo que viene: un ska rudo, en donde el sax de Lee Thompson, hace arder todo a su paso. A Thompson se le recordará en la historia de la música por ser el creador y ejecutor de esa desaforada línea de saxofón que acapara la canción. El nervio de Carl Smyth en el micrófono, con esa jarana vocal constante, tan paradigmática del ska, hace de base rítmica durante casi todo su metraje, por no mencionar su discurso a pulmón abierto de los primeros instantes. El videoclip, con el grupo bailando en formación ska saliendo de la peluquería y otras personas por ahí bailando a su estilo libre, es bastante acertado, al igual que lo es ese fragmento impagable del grupo haciendo la versión beat box a coro de la canción en las escaleras del mítico local Hope ‘N’ Anchor. Para sacarle el máximo jugo posible al éxito, Madness hizo versiones del tema en varios idiomas, entre ellos en español, claro.
En lo que a formación se refiere, Madness, cuando ha estado activo en sus múltiples etapas, es una banda compacta. Salvo la salida de Mike Barson a mediados de los 90, los siete integrantes de Madness han permanecido unidos casi siempre a la hora de meterse en el estudio. En los comienzos no podía ser distinto y por tanto Graham McPherson, alias Suggs, estaba como cantante, Carl Smyth, alias Chass Smash, estaba como trompetista y segundo cantante, Lee Thompson como saxofón, Mark Bedford al bajo, Mike Barson en los teclados, Daniel Woodgate en la batería y Chris Foreman en la guitarra eléctrica.
Madness es uno de esos grupos que algunos consideran una mera broma, algunos radicales los consideran unos payasos con algunas canciones simpáticas. Pero seguro que más de uno de los que se mofan de ellos se ha dejado llevar por el frenético ritmo de One Step Beyond, toda una oda a la fiesta y al buen rollo, irresistible desde el inicio hasta la última nota.
El álbum alcanzó el número dos en la lista de álbumes de Reino Unido y se mantuvo en dicha lista durante más de un año. Fue el primer álbum producido por el equipo de Clive Langer y Alan Winstanley, que después trabajaría con artistas como Elvis Costello & The Attractions, Morrissey, Dexys Midnight Runners y They Might Be Giants, así como producirían muchos de los álbumes posteriores de Madness. Más conocidos por su éxito Our House en Estados Unidos, Madness fueron un gran éxito en Gran Bretaña y uno de los favoritos de mucha gente.
Esta canción se ha convertido en un todo un himno para los amantes del estruendo jamaiquino, incluso se puede asegurar que es una canción tan popular que hasta es amada por quienes no están tan empapados de esta corriente musical. A pesar del paso del tiempo, One Step Beyond se mantiene vigente y continúa ganando adeptos, atrayendo a las nuevas generaciones al sonido del ska, de ahí lo valiosa que resulta esta canción y recordar sus orígenes.
Escucharla me transporta a la zona del Casco de Santo Tomás en la Ciudad de México y a mis días de estudiante en el CECyT Wilfrido Massieu. Un disco que no ha perdido un ápice de su originalidad a pesar de haberse publicado hace más de 45 años. Un vodevil de sonoridades donde tienen cabida el brit-pop de los 60, el ska, el rocksteady…una verdadera fiesta para el oyente. Diversión asegurada a lo largo de todo el disco, una encantadora locura que les invito a volver a disfrutar en cuanto tengan oportunidad.












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