La película Casino de Martin Scorsese es uno de mis filmes favoritos que puedo ver varias veces. Este fin de semana que recién pasó, la vi por enésima vez y me quedé prendido de la canción con la que se fondea la secuencia final de esta gran película; nada más y nada menos que la gran House Of The Rising Sun interpretada por Eric Burdon and the Animals. A veces escuchar una canción nos traslada sin remedio a una época añorada. “La casa Del Sol Naciente” siempre me traerá la década de la psicodelia de los años 60 a la mente. Aunque House of the Rising Sun es ahora un tema mundialmente famoso y ha generado decenas de versiones diferentes en todos los idiomas, esto no era así antes de los años sesenta. En aquel entonces era simplemente una balada más, y no fue hasta 1933 y con Clarence Ashley que se grabó la primera versión. Ashley, originario de los Apalaches y redescubierto en los años 60, admitió haber aprendido esta canción de su abuelo, pero haber encontrado otras versiones durante los años que pasó en espectáculos itinerantes por el sur de los Estados Unidos.

No se sabe nada a ciencia cierta sobre el origen lejano de esta canción, como siempre en las canciones populares estadounidenses, contienen reminiscencias de las Islas Británicas (una antigua balada inglesa del siglo XVIII menciona “pregunta por el sol naciente, allí encontrarás dos mujeres galantes“) así como referencias a la antigua Francia, siendo el “nuevo amanecer” estilizado por un sol naciente llameante el símbolo de la redención y la curación, elegido por la orden de las monjas Ursulinas fundada en el siglo XV y cuyos conventos son también todavía hoy hospicios para los necesitados.

Desde el punto de vista masculino, algunos han querido ver el blues de un hombre alcohólico, ludópata o drogadicto que ha acabado en la calle. Desde el punto de vista femenino han sido varias las interpretaciones que se han dado de la letra. Unos dicen que se trata del lamento de una mujer que, esclava de los vicios y la mala vida, ha llegado a trabajar en un burdel de mala muerte llamado el “Rising Sun”. Otros afirman que se encuentra presa por algún delito cometido, entre ellos el de la prostitución. Una tercera teoría nos relataría el canto de una prostituta internada por sífilis en esta casa. Pero la versión que nos remonta a la época victoriana nos habla simplemente de una mujer que trabaja porque su marido es un alcohólico, y cualquier mujer casada que trabajase en la época victoriana era mal vista, hasta tal punto que la expresión “working woman” se usaba para las prostitutas. Ambas versiones (masculina y femenina) coinciden en su tono y final con una moraleja diciendo : “mira lo que me ha pasado por ir por este camino, así que no me sigas, y dile a tus hermanos y hermanas, hijos e hijas, que no hagan lo que hice yo o se encontrarán en el mismo agujero en el futuro”.

 

En cualquier caso, es interesante rastrear la evolución de esta canción popular desde la primera grabación de Clarence Ashley en 1933. Se trata entonces de un blues al estilo “Hillbilly”. Posteriormente los hermanos Callahan y Roy Acuff, que escucharon la pieza de Ashley, dieron versiones similares. Siguió Lomax que grabó a la cantante amateur Georgia Turner interpretando este tema. A través de Lomax, la canción entró en el repertorio de los bluesmen y cantantes folk que conformaban la escena neoyorquina de la época; pero fue la actriz de teatro y cantante Libby Holman (1904-71) quien grabó una versión estilo cabaret que fue un gran éxito.

Seguramente la versión más conocida por todos sea la del grupo The Animals, y con la que comencé relatando esta colaboración, sobre todo por el magnífico riff de entrada, homenajeado hasta la saciedad en muchos temas de la historia del rock y el pop. Pero otros muchos la han grabado también gente tan relevante como Woody Guthrie, Bob Dylan, The Beatles, Pink Floyd, Nina Simone o Santa Esmeralda. Hay versiones para todos los gustos, incluso desde el mundo del metal. Los arreglos hoy conocidos de la canción fueron creados por Dave Van Ronk a principios de los 60 (aunque no la grabó antes de 1964). Bob Dylan, quien por aquel entonces vivía en el apartamento de Van Ronk, le pidió prestada la canción y la grabó en su primer álbum. The Animals tomó la versión de Dylan/Van Ronk, la electrificó y disfrutó del enorme éxito comercial en todo el mundo, convirtiendo la anterior poco conocida House of The Rising Sun en una de las canciones folk estadounidenses más grabadas de todos los tiempos.

La versión de The Animals de 1964, aunque conserva su aire melancólico original, tuvieron que modificar la letra para hacerla acorde con el puritanismo reinante en las emisiones radiofónicas: en el local lo que domina es la adicción al juego y al alcohol, sin apenas referencias al libre albedrío de su origen folk. The Animals era un grupo británico formado Eric Burdon (cantante y líder), Alan Price (teclados), Hilton Valentine (guitarra), John Steel (batería) y Chas Chandler (bajo). Su música se basaba en el blues y el rhythm and blues tan en boga en los años 60. Al principio se dedicaron a versionar canciones de éxito de John Lee Hooker, Sam Cooke, Ray Charles o Nina Simone, entre otros; incluso Bob Dylan en sus inicios tuvo una pequeña participación con la banda. De hecho, el primer single de The Animals, Baby Let Me Take You Home, es una adaptación de la canción de Dylan “Baby let me follow you down”. Llegó al número 21 en las listas inglesas, lo que no estaba nada mal para ser su primer disco.

Cuando The Animals comenzaron a interpretar House Of The Rising Sun en concierto, notaron la gran aceptación, aunque no la habían grabado aún, lo que les decidió a grabarla en una parada intermedia durante una gira por Inglaterra que hacían con el flamante ídolo del rock Chuck Berry. Era tan grande su calidad como grupo que… ¡¡les salió espléndida a la primera toma!! Una canción con un inicio fulgurante, el famoso arpegio de Hilton Valentíne, inspiración de tantos guitarristas y que muchos jóvenes intentan emular desde entonces, en la que destaca sobre todo la desgarradora y singular interpretación vocal de Eric Burdon. Según contaba el escritor Ralph McLean en la BBC: “Con este tema el rostro de la música moderna ha cambiado para siempre”.

 

Aunque no hay distorsión ni un volumen excesivo, es innegable que la progresión de guitarra que abre esta versión de The Animals se ha convertido en uno de los riffs más icónicos de la historia, y sigue siendo uno de los más fáciles de reconocer. Interpretado por Hilton Valentine, el riff establece al instante la atmósfera de la canción, ya que es oscuro y casi inquietante, de una manera que no se había grabado antes. Esta fantástica atmósfera se mantiene igual de poderosa después de repetidas escuchas, lo que demuestra la perfección de la grabación de la guitarra. Para completar la increíble atmósfera de la canción, la interpretación del órgano de Alan Price es sencillamente impresionante. Establece un tono que sería copiado a la perfección por The Doors. Pocas canciones han utilizado este instrumento con tanta perfección, lo que le da a House Of The Rising Sun una sensación plena y extrañamente vívida, sumergiendo al oyente en el ambiente incluso antes de que comience la letra. La sección rítmica del bajista Bryan Chandler y el baterista John Steel le da a la canción un aire casi jazzero, ya que pocas grabaciones presentan un mejor trabajo de hi-hat, y Chandler envuelve su bajo con los demás sonidos de una manera maravillosamente única. La atmósfera general de la versión de The Animals es verdaderamente inigualable, y su atmósfera casi folk desafía toda descripción, ya que casi parece como si la grabación hubiera sido tomada de siglos atrás.

Esta atmósfera única se consolida gracias a la excepcional interpretación vocal de Eric Burdon, y lo cierto es que, antes de esta grabación, nunca había habido nada similar en ningún género. Burdon aporta a la canción una atmósfera bastante problemática, casi siniestra, y pocas grabaciones anteriores habían capturado con tanta perfección la sensación de pecado y peligro que abunda en House Of The Rising Sun. La verdadera maestría vocal de Burdon se pone de manifiesto durante los puentes de la canción, cuando pasa a los gritos; sin embargo, nunca da la sensación de ser forzado, ya que se integra a la perfección con la esencia de la canción. La emoción y la autenticidad que se encuentran en el trabajo vocal de Burdon son sencillamente asombrosas, y cuesta creer que, con esto en juego, no haya escrito la canción que canta.

En realidad, House Of The Rising Sun resulta una especie de anomalía, ya que pocas canciones de la “era dorada del rock” tienen un compositor y un origen desconocido y la mayoría se ha resignado a que la verdadera fuente de House Of The Rising Sun nunca se conocerá. En muchos sentidos, esto permite que la canción se aplique a casi cualquier ámbito que encaje con la letra y la atmósfera, y es en gran medida la razón por la que una canción que parece cantar sobre Nueva Orleans se convirtió en un éxito para una banda británica. A lo largo de la canción, Eric Burdon da vida a cada palabra y es la razón por la que la versión de The Animals sigue siendo un referente.

 

A decir verdad, The Animals se tomaron algunas “licencias artísticas” en su versión ya que grabaciones anteriores de la canción la presentan desde el punto de vista de una de las trabajadoras de este hogar de mala reputación. The Animals adoptan el enfoque opuesto, narrando la historia desde la perspectiva de un hombre cuya vida paterna ha sido destrozada por la casa en cuestión, lo que convierte la canción en un cuento popular, muy similar a Casey Jones, John Henry o incluso Stagger Lee. Sin embargo, la versión de The Animals tiene un trasfondo mucho más oscuro que casi cualquier otra canción anterior, y se puede considerar esta canción como la fuente de las innumerables bandas que adoptaron la imagen de “chico malo” en las décadas posteriores. Además, muchos de los colegas de The Animals intentaron esta actitud oscura y traviesa, pero en muchos sentidos, ninguno logró igualar la atmósfera con la misma autenticidad que se encuentra en el sencillo debut de The Animals.

Grandes intérpretes no han dudado en incluir en su repertorio a House of the rising sun. Muchos antes que los propios The Animals. En unos años en que el fenómeno musical de los 60 se extendía por todo el mundo. Podemos decir para concluir que su versión fue excepcional y revolucionaria en su tiempo a pesar de tratarse de una adaptación de una vieja canción folk, su sonido era tan nuevo y singular que está considerada como el primer gran éxito de la música folk rock. La revista Rolling Stone no ha dudado en incluirla entre las 500 mejores canciones de todos los tiempos. Su particular sonido, su comienzo de guitarra, extraordinario, y la gran interpretación de Eric Burdon, la hacen especial: una canción mágica.

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