Durante el 2024, David Gilmour no solamente publicó a principios de septiembre su quinto álbum de estudio, Luck and Strange (al que le fue bien en los charts de Reino Unido y Estados Unidos), sino que además hacia finales de ese mismo mes inició una serie de 21 conciertos repartidos en cuatro ciudades, en una especie de pequeñas residencias en cada una de estas. Los lugares seleccionados para Europa fueron seis shows el Royal Albert Hall en Londres, otros seis para el Circo Massimo en Roma; mientras que para Estados Unidos el músico se presentó en los escenarios del Hollywood Bowl en California (cuatro fechas) y el Madison Square Garde en la Ciudad de Nueva York con cinco shows dieron por terminado la mini gira de Gilmour. Por supuesto que previo a esto también ofreció un par de recitales, como parte de los llamados dress rehearsals en Brighton Centre en los cuales el boleto tuvo un costo menor por tratarse de un ensayo general.
Para mediados del mes de octubre de este 2025 saldrá a la venta su tercer álbum grabado en vivo llamado The Luck and Strange Concerts, que nos da una idea de lo que fue esta breve gira de Gilmour y el cual se sumará a las obras Live in Gdańsk (2008) y Live at Pompeii (2017). Pero para presentar lo que será esta nueva producción discográfica se exhibió en diversas salas cinematográficas, de varias partes del mundo, el concierto filmado en el Circus Maximus (Circo Massimo) en Roma. Tuvieron que pasar nueve años para que Gilmour volviera a dar conciertos y lo que el film nos muestra es a un músico maduro que se entrega por completo en el escenario. Un artista que carga con todo el peso de ser una leyenda del rock (y de la música en general) y lo muestra en cada canción, en cada riff y solo de guitarra por más de dos horas.
Previo a que de inicio el recital filmado se nos muestra un breve documental que nos muestra el soundcheck del artista acompañado de sus músicos que para este tour fueron el bajista Guy Pratt (quien ha acompañado a Gilmour desde las giras Momentary Lapse of Reason y Division Bell con Pink Floyd y posteriormente en sus presentaciones como solista), el guitarrista Ben Worsley, el baterista Adam Betts, los tecladistas Rob Gentry y el experimentado Greg Phillinganes (parte esencial de Toto y también ha acompañado a Eric Clapton); en los coros se encuentran las hermanas Webb, Hattie y Charley, así como Louise Marshall y Romany Gilmour (hija del afamado guitarrista). En entrevistas los músicos dan sus opiniones acerca de lo que esperan de la gira (recordemos que en Roma se realizaron los primeros seis conciertos), bromean entre ellos y sobre todo David Gilmour les da toda su confianza y declara que “son la mejor banda en la cual ha estado”.
La película Live at the Circus Maximus, Rome dirigida por Gavin Elder (quien ha trabajado con Duran Duran y además es el director de los dos anteriores proyectos en vivo de Gilmour) se filmó en el formato IMAX con una imagen de alta calidad. Parte de la publicidad fue el señalar que viviríamos una grata experiencia como si hubiéramos estado ahí; claro que ver un concierto en vivo es otra sensación, pero la cinta no desmerece para nada y si nos lleva a sentir cada momento del espectáculo gracias al sonido ATMOS que inunda toda la sala y realza cada instrumento. Hasta las personas que se la pasan comiendo palomitas, nachos, crepas y hot dogs también quizá debieron percibir esa emoción que desprende el concierto.
El escenario (con un pantalla circular al centro), es básicamente similar al que ha utilizado Gilmour desde su época con Pink Floyd y en sus conciertos en solitario, se encuentra oscuro y solamente unos reflectores iluminan las figuras del guitarrista y del tecladista Phillinganes, mientras interpretan 5 AM y podemos ver imágenes de la ciudad de Roma, mientras la silueta de un gato se pasea por esos sitios, cuando se escucha otro tema instrumental, Black Cat, y después todo se ilumina para ver a todo el grupo que toca Luck and Strange.
David Gilmour, como lo ha hecho en giras anteriores, ha sabido equilibrar su espectáculo en donde lo clásico y lo nuevo se mezclan. De las primeras canciones en aparecer de su etapa con Pink Floyd en el concierto están Breath y Time del aclamado álbum Dark Side Of The Moon, más adelante, de este mismo disco de 1973, nos ofrecerá una versión más intima y sencilla de The Great Gig In The Sky que se mezclará de manera efectiva con A Boat Lies Waiting. Gilmour mantiene en su repertorio el tema Fat Old Sun, del Lp Atom Heart Mother (1970), que no remite a esa temprana carrera de los Floyd. De la etapa cuando tuvo problemas legales con Roger Waters por derechos del nombre del grupo y después retomó a Pink Floyd, a finales de la década de los ochenta, se encuentran temas como Marooned, High Hopes, Coming Back To Life, Sorrow y A Great Day For Freedom. Y por supuesto no pueden faltar Wish You Were Here y Comfortably Numb.
El músico interpreta todas las canciones de su reciente producción discográfica en ese momento, Luck and Strange, más otras de su anterior obra Rattle That Lock (2015). El momento emotivo es cuando un orgulloso Gilmour presenta a su hija Romany, la cual entra al escenario con una arpa y toca los acorde de Vita Brevis y luego dar paso a Between Two Points, en donde ella es la vocalista principal. Gilmour, sin pretender convertirse en un decrepito panfleto político-social y ensuciar su show, ofrece su opinión sobre la violencia de la guerra con el tema In Any Tongue. En ningún momento el concierto decrece, Gilmour ha sabido acomodar el orden de las canciones para que todas ellas puedan coexistir y con esto hacer una revisión general de lo que ha sido su carrera dentro de la música, desde el temprano Pink Floyd hasta sus logros como solista, que lo consolida como ese virtuoso de la guitarra y sin dejarnos olvidar que es una toda leyenda dentro del rock.
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