Para 1971 la situación mundial enmarcaba una serie de circunstancias derivadas de diversos fenómenos políticos y cambios en la sociedad al término de la década de los sesenta. El sur oriente del planeta visualizaba la guerra de Vietnam principalmente, pero ya en la parte meridional al noroeste de la India se escenificaba la situación de independencia de lo que entonces se conocía como Pakistán Oriental, hoy entonces conocida como la República Democrática de Bangladesh (o Bangladés como también se le conoce). Una región en medio del enorme mapa de la India que la rodea y con frontera con Birmania, mantenía una guerra con grandes dificultades en primer lugar por una amplia densidad de población, dividida en varios dialectos y religiones védicas que sumía a la naciente nación en una hambruna devastadora, enfermedades como el cólera, amibiasis, fiebre amarilla y desnutrición en general, todo esto frente a un armamentismo alarmante e indignante a la vez. Las independencias de los pueblos más pobres siempre se sumergen en enfrentar sus realidades y la guerra. Ese era uno de los motivos de la guerra de liberación de Bangladesh que contaba ya con una oleada de refugiados de cerca del millón de personas en la India.
Los intereses de la corona británica no cejaban de intervenir con seguir vendiendo y suministrando armamento a la India, antigua para ese entonces, una de sus principales colonias hasta su independencia en el Siglo XX. Causó indignación en muchos actores de la vida social del Reino Unido entre tantos a uno de los músicos más famosos como el ex beatle George Harrison. Harrison fue contactado por su maestro y amigo, Raví Shankar, gran exponente en el arte del Sitar y que había influido por mucho en la música de The Beatles. Shankar estaba muy preocupado por la situación que se suscitaba en Bangladesh, donde parte de su familia y conocidos residían. Un gurú musical que significó mucho en la vida de Harrison. El mismo había presionado a que Apple Records publicara su sencillo Jo Bangla como otro de los artistas exclusivos y para apoyar su filosofía de elevación espiritual.
Su nombre que dice mucho en su transcripción: Raví que significa Sol y Shankar que es otro nombre de Shiva, una de las tres deidades que componen la Santísima Trinidad de acuerdo a la religión védica. No era gratuito su presencia e influencia en la música de The Beatles, sino también en otros músicos y donde ya contaba con presentaciones como fue el Festival de Monterey Pop en California en aquel llamado Verano del Amor, justamente cuando la violencia era un elemento que hacía juntar a cientos de miles por encontrar la elevación espiritual y la paz.
Así lo mencionó en una entrevista para Rolling Stone en marzo de 1972, la segunda entrevista después que lo hiciera en 1968:
-Para mí era muy importante convocar a tantos músicos de moda para transmitir esa empatía hacia mi pueblo que sufría. Era un dolor constante y con George fue una idea con un propósito más concreto; conseguir medicinas y alimentos para una población en una situación precaria. Era una gota de esperanza hacerles llegar estos suministros, quizás sin acabar la guerra, pero era tratar de hacer menos indiferente a occidente de lo que pasaba donde poco o nada se sabía.
A inicios de 1971 The Beatles sostenían ya una querella de intereses contables y administrativos de su compañía Apple Records que dejaban más pérdidas que ganancias. Aunado a las diferencias sobre todo en la dupla Lennon/McCartney, Harrison tomaba la diferencia grabando uno de los álbumes más significativos de su carrera en solitario como lo fue el álbum triple All Things Must Pass (1970) y uno de los éxitos en sencillo como lo fue My Sweet Lord que aparte de todo, le costó una fuerte demanda por parte del grupo The Shiffons por plagio. El álbum rompió buena cantidad de records en el billboard y se considera como uno de los álbumes más importantes de la historia discográfica mundial, por su calidad, sus letras y su diseño.
Las reuniones con Shankar y Harrison se dieron en función de crear un fondo de recaudación tras realizar dos conciertos en un mismo día en una sede como lo fue el Madison Square Garden de Nueva York con una pléyade de músicos reconocidos de rock que dieran un evento exitoso además de filmarlo para incluso crear un largometraje del concierto a estrenarse posteriormente.
John Lennon recibió la invitación ya en su residencia en Nueva York por parte de George. Inicialmente aceptó con la condición de que estuviera en el escenario su esposa Yoko Ono. Harrison no aceptó por las diferencias que hubo con Ono meses atrás a partir de las sesiones de Get Back y la serie de protagonismos que hubo con ella en el grupo. Paul McCartney se encontraba aún muy enojado que, aunque recibió con cierto agrado la invitación dijo que era muy temprano para una reunión de los cuatro Beatles en un escenario por lo que declinó la invitación aduciendo que aún no quedaban zanjadas los adeudos y desbalances con Apple Records. Pero peor aún sería que Paul supiera quien estaba detrás de la organización del concierto estaba Allen Klein con quien sí tuvo severas controversias en la ruptura del grupo. Solamente quien sí aceptó fue Ringo Starr, quien participaría con un número It’s Don’t Come Easy composición hecho junto con Harrison.
The Concert for Bangladesh sería un hálito en los conciertos de rock, no solo por ser encabezado por uno de los ex Beatles, sino porque sería la continuación de conciertos como el ya citado Monterey Pop, de la Isla de Wight y por supuesto el más grande en Woodstock. Pero éste tendría una característica añadida al ser el primer en ser por causas nobles recaudando en beneficio de un grupo social vulnerable.
Los ensayos comenzaron a partir del 26 de julio con los músicos de apoyo para que el día 30 se convocara en la sala de prensa del Madison Square Garden a una conferencia donde tanto Harrison como Shankar explicarían los motivos del concierto, la lista de músicos y que serían dos conciertos, uno vespertino a las 5 de la tarde y otro nocturno a las 8 de la noche. Las preguntas iniciales fueron si los otros ex Beatles estarían presentes a lo que Harrison, por obviedad, eludió la pregunta y dijo que sólo estaría su amigo Ringo. Ahí aclaró hacia donde se dirigirían las ganancias por la venta de boletos además de las regalías de la grabación del álbum doble y la filmación de la película.
EL DÍA DE LOS DOS CONCIERTOS
El 1 de agosto de 1971 se dieron cita cerca de 45,000 almas para llenar el centro de espectáculos más famoso de la ciudad de Nueva York. La expectativa era muy grande y se pudieron ver entre los asistentes a personajes como Stephen Stills, Melanie, Mamma Cass, Keith Moon, Joan Baez y por supuesto la esposa de George Pattie Boyd. Era el cupo lleno como se hiciera en la segunda función. Seis cámaras Arriflex Panavision de 35 mm estaban ya listas para filmar lo que sería la película del concierto.
De pronto el escenario se oscureció y un spot de luz dio seguimiento a George Harrison que vestía con una camisa naranja y pantalón blanco dando una impresión que arrancó los aplausos y silbidos de júbilo de un ex beatle que aparece ante una multitud desde el Candlestick Park de San Francisco en 1966 donde The Beatles darían su último concierto en vivo. Después de los clamorosos aplausos, Harrison con su melena un poco más corta desde Abbey Road y barbado, dio la bienvenida y les pidió que el concierto se iniciaría con música sacra hindú a cargo de Raví Shankar y sus músicos con lo cual les pidió no fumar y tener el máximo respeto y silencio para este tipo de obra musical que duraría 40 minutos, de los cuales solo 17 fueron editados para el álbum.
Shankar entró con mucha discreción con sus músicos en medio de un fuerte olor a incienso que previamente se había puesto en la sala y a los costados del escenario. Ahí estaban acompañándolo Alí Akbar Khan en el Sarod, Alia Rakha en la Tabla y Kamala Chakravarty en la Tambura dispuestos a los primeros acordes del Sitar de Raví. De igual manera como lo hiciese George, pidió al público asistente que se abstuvieran de fumar y guardar un respetuoso silencio, ya que la música que escucharían a continuación sería un mantra dedicada a la Superioridad Divina en homenaje a todas las víctimas del hambre, la desolación y el desplazamiento en Bangladesh.
Y así, con toda la solemnidad posible, interpretó durante 40 minutos, de los cuales solo se editaron 17 para el álbum el tema de Bangla Dhun.
Al termino de ese pequeño concierto nuevamente el Madison quedó a oscuras para que entonces se escucharan los primeros acordes de la banda que encabezaría George Harrison a la guitarra, una Fender Stratocaster blanca y ya con un saco de color blanco acompañado ya por la siguiente alineación:
Una sorprendente situación se presentó para fortuna de todos los espectadores. No estaba programado para el concierto por cuestiones de dudas y agendas, pero al final, el señor premio Nobel de literatura Robert Zimmerman alias Bob Dylan confirmaría a última hora su presentación como un plus dentro del concierto. En la Fender de Harrison apareció una pequeña nota pegada con diurex con un signo de interrogación y abajo el nombre de Bob. Así quedaba como ese maravilloso extra que le dio parte de esa alineación a la banda:
Eric Clapton a la guitarra líder
Jesse Ed Davis guitarra
Klaus Voorman en el bajo
Billy Preston a los teclados
Ringo Starr en la batería
Mike Gibbins en las percusiones y batería
Don Preston guitarra y coros
Carl Radle en el bajo
Leon Russell al piano
Badfinger (Pete Ham, Tom Evans, y Joey Molland) guitarras acústicas y coros
The Hollywood Horns (metales) con Bobby Keys, Jim Horn, Allan Beutler, Chuck Findler, Jackie Kelso, Lou McCreary y Ollie Mitchell.
Y en los coros Don Nix, Jo Green, Jennie Greene, Marlin Greene, Dolores Hall y Claudia Linnear.
Una sorprendente situación se presentó para fortuna de todos los espectadores. No estaba programado para el concierto por cuestiones de dudas y agendas, pero al final, el señor premio Nobel de Literatura Robert Zimmerman, alias Bob Dylan, confirmaría a última hora su presentación como un plus dentro del concierto. En la Fender de Harrison apareció una pequeña nota pegada con diurex con un signo de interrogación y abajo el nombre de Bob. Así quedaba como ese maravilloso extra que le dio parte de esa alineación a la banda.
La lista de canciones:
Wah Wah (Harrison) un tema dedicado al aparato de distorsión que se usa en las guitarras eléctricas y como una alegoría de lo que pensaba sobre la calidad musical en los nuevos grupos.
Awaiting On You All (Harrison) también parte del álbum All Things Must Pass es una canción que invita a todas las religiones a sentirse parte de una sola divinidad para al alcanzar la paz espiritual.
That’s The Way God Planned It (Preston) por Billy Preston, su siempre acompañante posteriormente en otras giras siempre a los teclados y al órgano Hammond en una magnifica interpretación terminando bailando al frente con los aplausos clamorosos del público.
It Don´t Come Easy (Harrison/Starr) aquí el esperado Ringo tras una ovación ante su presentación con uno de sus mejores temas lanzado en sencillo un año antes.
Bewere of Darkness (Harrison) otro de los temas del All Things Must Pass con letra profunda que nos previene en caer en esas depresiones y adicciones.
While My Guitar Gently Weeps (Harrison) un tema arrancado del White Album de The Beatles que le dio un éxito inconfundible con esta canción, la misma donde había sido invitado Eric Clapton para tocar el puente del solo de guitarra y esta vez lo haría de nuevo.
Jumpin Jack Flash (Jagger-Richards) – Youngblood (Lieber & Stoller) un medley con Leon Russell, el gran pianista del rock haciendo esta conjugación de dos clásicos.
My Sweet Lord (Harrison) – el éxito esperado sin duda con la Gibson Texan acústica con los magníficos coros y el acompañamiento de toda la banda.
Here Comes The Sun (Harrison) –de regreso al Abbey Road acompañado esta vez por Badfinger en acústico.
Después de esta última canción es cuando aparece el maese Dylan tras un atronador aplauso presentado por George con los siguientes números, tan solo con su guitarra y su inseparable armónica:
A Hard Rain’s Gonna Fall
It Takes a Lot a Laugh, It Takes a Train To Cry
Blowin’ In The Wind
Just Like a Woman junto a Harrison en la guitarra, Leon Russell, Klaus Voorman al bajo y Ringo en la pandereta.
Después la banda seguiría con otro clásico de Harrison, tal vez con el que mejor se podría indentificar su música:
Something. Ya como número final, Harrison agradece la presencia del respetable y anuncia la siguiente canción que da titulo al concierto:
Bangladesh un tema que se haría especialmente para el concierto y que saldría exclusivamente en sencillo con una portada que fue muy criticada por la crudeza al presentar un niño famélico bangladí en blanco y negro.
Notas sobre los dos conciertos.
Como lo señalé anteriormente, fueron dos conciertos del cual el primero corresponde a la filmación que se haría y cuyo estreno fue un año después en 1972. Sólo hubo una variación en la alineación de canciones en el segundo concierto poniendo My Sweet Lord como segunda en interpretarse. En México la película se estrenó ese año en los cines Insurgentes, Internacional y Pedregal 70. El montaje se haría a cargo de Phil Spector. En el DVD que saldría recientemente, se pueden ver otras preguntas que le hacen a Harrison en la conferencia de prensa y escenas afuera del Madison Square Garden donde entrevistan a varias personas que están comprando sus boletos. Una vez terminado el concierto se realizó una fiesta privada, que, según algunos testimonios, terminó bastante “alegre” ya que Keith Moon se subió a hacer un solo de batería hasta destruirla como era su costumbre de terminar los conciertos con The Who.
Los resultados finales
A pesar de los elogios tan positivos que llegaron a darse, la pregunta obligada era saber cómo iban a darse los recursos obtenidos por el concierto a los damnificados y refugiados de Bangladesh en la India. Manejado por Allen Klein, quien poca gente tenía confianza por sus resultados con The Rolling Stones y The Beatles, dio la cifra primaria de la recaudación de 250 mil dólares que fueron entregados a la UNICEF para hacerlos llegar a su destino. Desafortunadamente en este principio no dio los resultados que se deseaban tener debido a que el número de damnificados iba en aumento y la guerra seguía dando estragos. No sólo eso, sino que la tasa impositiva también recortó el monto final por lo que se tuvo que acceder a maniobras legales para que se hiciera un fondo para que las regalías del álbum y la película llegasen a ese buen destino. Allen Klein tuvo que demandar al periódico The New York Times por difamación al acusarlo de haber desviado parte de las ganancias y como la oficina de recaudación de impuestos federales se había hecho parte de esos montos finales.
Hasta aquí mi columna esperando que mis letras encuentren sus miradas muy pronto.
Y por lo tanto no olviden que:
BEATLES 4EVER!!!!
TU VOZ