Cuantas cosas puede encontrarse uno en los anaqueles de los negocios de discos de segunda mano; disponiendo de un tiempo razonable y de calma, los hallazgos pueden traer a la mente grandes recuerdos de épocas que quizá nunca volverán, menciono esto, porque hace unos días tuve la gran oportunidad de realizar una visita a los negocios ubicados por la estación del metro Balderas y el ir pasando infinidad de cajas con LPs y los recuerdos de mi infancia y de mi adolescencia se agolparon en mi mente.

La realidad es que buscaba música de Paul McCartney y de The Beatles, pero al comenzar a revisar a pulso y con tiempo me topé con las cajas que contenían música en español y llegué a discos que contenían grabaciones de los días de gloria del Festival OTI, aquel esplendido concurso donde surgieron grandes compositores, arreglistas y artistas; todos de la mano del nefasto “Güero”, como le llamaba la India María a Raúl Velasco quien lideraba aquellas veladas llenas de arte acompañado magistralmente con la dirección musical de Chucho Ferrer y de los eternos e inolvidables coros de los hermanos Zavala.

El Festival OTI era un concurso internacional en el que los países pertenecientes a la Organización de la Televisión Iberoamericana (OTI) participaban cada uno con una canción. Un jurado formado por personas relacionadas con el mundo de la música valoraba las diferentes canciones mediante votación y los tres temas musicales que mayor puntuación obtenían se llevaban un premio en metálico. El Festival surgió a partir del modelo de Eurovisión (a su vez éste una adaptación del italiano festival de San Remo) y fue celebrado por primera vez en el Auditorio del Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid el sábado 25 de noviembre de 1972 ante unos 2,000 espectadores. El Festival fue transmitido en directo a 21 países con una audiencia aproximada de 100,000,000 de televidentes y su última edición tuvo lugar en el año 2000. A partir de ese año el festival dejó de celebrarse.

El objetivo del Festival OTI era generar un proceso de unidad iberoamericana a través del intercambio de expresiones culturales, y como indiqué, vivía ciertos paralelismos al Festival de Eurovisión, aunque nunca gozó de su popularidad. Grandes Voces desfilaron por el festival tales como Camilo Sesto, Marisol, Dyango, Imelda Miller, Yuri, Denisse de Kalafe, Napoleón y José José. El festival OTI logró varios éxitos y fue ampliado además del espacio iberoamericano tradicional posteriormente se sumaron países como Guinea Ecuatorial, Canadá y Estados Unidos, llegándose a celebrar el festival en una ocasión en el mítico Caesar´s Palace de Las Vegas, Nevada en Estados Unidos. En el recuento total de victorias, México y España fueron los países que acumularon más triunfos con seis cada uno.

A partir del año 1973 en la República Mexicana se comenzó a transmitir por el canal 2 en su fase nacional y sus eliminatorias y finales eran eventos que reunían a todas las familias alrededor de la televisión una vez al año. Claro que la final era la que más atraía la atención del público y se puede decir que desde ese años y durante todos los años ochenta fue el festival número uno en audiencia televisiva en el país. Aunque el evento duro a nivel nacional hasta 1998, en los noventas decayó mucho el interés de las audiencias en él. Muy distintivo de este evento eran las entradas después de regresar de anuncios con el coro de los Hermanos Zavala.

El Festival OTI se fundamentó en la participación y el interés de la gente, en la riqueza musical de cada pueblo, en México emergieron temas como Será Mañana (1972) de Juan Gabriel, Que Alegre Va María (1973) de Imelda Miller, La Felicidad (1975) de Gualberto Castro y Felipe Gil; Vive y Hombre (1977) de Napoleón; Como Tú (1978) de Lupita D’alessio, Siempre Hay Un Mañana (1979), Deja (1981) y Tiempos Mejores( 1984) de Yuri, Al final(1979) de Emmanuel, Con y Por Amor (1982) Enrique Guzmán, por supuesto la gran perdedora del OTI Un Tipo Como Yo (1979) de Sergio Esquivel y la emotividad de cantársela en el escenario a su esposa Celia e incluso Laura Zapata, la hermana de Thalía, participó en 1978 con la canción Le Vino Grande Mi Amor Señor, Mi Éxito(1983) de Mario Pintor y la gran ganadora internacional por tercera vez para México, como un consuelo a las pérdidas del terremoto: El Fandango Aquí (1985) de Eugenia León.

Las canciones que llegaban a las finales se metían en el gusto de la gente común y en todas las estaciones de radio y las tiendas de discos las tocaban aumentando sus ventas. Además del recuerdo de Raúl Velasco, que era el productor en México y presentador de rigor en todo lo que tenía que ver con cantantes de Latinoamérica. Recordemos los detalles de algunos de los intérpretes que tuvieron más éxito y se quedaron para siempre en mis recuerdos y son:

José José

Primero debemos dejar algo en claro: José José no participó en el Festival OTI. Su icónica actuación se dio en el Festival de la Canción Latina, antecesor del OTI, en 1970. José Rómulo Sosa Ortiz, nombre real del cantante, logró la ovación de los presentes al acto con su magistral interpretación de El triste. Aunque injustamente no le dieron el primer lugar (Cláudya, de Brasil con Canção de Amor e Paz fue la ganadora). Esta canción se convirtió en el primer gran éxito de José José a nivel internacional. El tema es de Roberto Cantoral y lo escribió en memoria de su mamá poco después de que ella muriera. Con 22 años de edad, la carrera de José José se disparó tras participar, hasta llegar a ser el Príncipe de la Canción. El cantante murió en septiembre de 2019, a los 71 años.

 

Gualberto Castro

Gualberto Castro participó y ganó en el OTI en su versión nacional y repetiría su triunfo en el certamen internacional celebrado en San Juan Puerto Rico, en 1975 con la canción La Felicidad de Felipe Gil. En su carrera recibió numerosos premios y honores en México, Perú, Colombia, Argentina y Estados Unidos, además, fue presentador del programa de televisión La Carabina de Ambrosio. El nacido en Ciudad de México, en 1934, quien también formó parte del grupo Los Hermanos Castro, falleció en 2019, a consecuencia del cáncer de vejiga que padecía.

 

Gilberto Valenzuela

El llamado “Zarahuipa”, participó con una verdadera joya perdida del repertorio ranchero de México y reciente tomando en cuenta que es del año 1976, con todo respeto para los juniors Fernández y Aguilar, quisiera que tuvieran el manejo de voz de este ya fallecido cantante. Para 1976 el Festival OTI ya estaba más consolidado en nuestro territorio mexicano y en él participó el señor Valenzuela acompañado por el Mariachi Vargas con Martín Luna. La canción en cuestión se llama De Que Te Quiero, Te Quiero de Rubén Fuentes y Eduardo Magallanes y se llevó el primer lugar y el derecho de representar al país en el evento internacional que se desarrolló en la ciudad de Acapulco un 30 de octubre y en el que quedó en el sexto lugar.

 

José María Napoleón

Mención especial es su participación en 1976 con la canción ya considerada un clásico Vive ocupando el cuarto lugar. Precisamente perdió contra la canción de Gilberto Valenzuela. Vive fue nombrada siempre la ganadora perdedora. A pesar de quedar en el cuarto lugar, esta canción es una de las más emblemáticas de su carrera. Se vendieron más de un millón cuatrocientas mil copias, con las regalías pudo finalmente comprar la casa nueva a sus padres. Vive tiene una letra que nos hace reflexionar profundamente en estos tiempos de la “satisfacción instantánea” que tanto se promueve en nuestro actual entorno social.

 

La muerte del Festival OTI coincidió con un bache en la producción nacional de buena música popular y de voces con carisma que, a juicio mío, ocurrió a finales de los 90. Por cierto, la baja en la calidad no fue privativa del OTI, Eurovisión también tiene mucho que explicar. En 2011 hubo un intento de resucitar el Festival OTI, pero sólo para México, en un proyecto conjunto entre la Sociedad de Autores y Compositores de México y la empresa Televisa. Memo Méndez Guiú, de dicha sociedad, señaló que se quería “este festival, además deseo realizar otro para darle impulso a los nuevos talentos como se hacía en antaño, con todo y sus orquestas en vivo, para así también crear fuentes de trabajo”. Sin embargo, este regresó no se llevó a buen puerto.

Para las generaciones que crecimos en los años 70 y 80, las canciones que participaron en la edición nacional del Festival OTI, siempre serán parte de los “gustos culposos” de algunos, pero para otros que nos consideramos melómanos, el admitir ese gusto y reconocer que eran buenas canciones, eso nos llevará a ir armando nuestro acervo de recuerdos y nostalgia de nuestra juventud que en algunos años nos podrá arrancar una que otra lagrima cuando con emoción escuchemos que alguien reproduce una de estas canciones.

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